Tristemente, la mayoría de las fiestas populares en España se han tenido que cancelar este año debido al COVID-19, pero aquí os voy a hablar de una fiesta muy inusual que ocurre en un pueblecito de Pontevedra, Galicia. Se trata de la romería de Santa Marta de San Xosé Ribarteme que se celebra en el día de la Santa Marta, el 29 de julio en As Neves.
Santa Marta era la hermana de Lázaro y fue ella la que rogó a Jesús que le concediera la gracia de la resurrección de su hermano. Así, para muchos católicos, Santa Marta es la intercesora ideal para suplicarla en los momentos críticos de la vida.
Aunque parece que se remonta a siglos atrás, la primera mención que se conserva de esta romería al actual santuario de Santa Marta data de 1700, cuando un obispo ordena reparar la capilla de Santa Marta.
Lo que hace se esta romería algo singular e insólito es que en esta fúnebre celebración los protagonistas son ataúdes ¡con gente viva en su interior!.
Se trata de personas que padecían una enfermedad y se han ofrecido a desfilar dentro de los ataúdes si la virgen los cura. Los familiares de los enfermos son los que cargan los ataúdes para agradecer a la virgen su milagro. La procesión de féretros se dirige al cementerio más cercano y los féretros van seguidos de penitentes que cubren sus ropas con una gasa blanca, como amortajados, y caminan o se deslizan de rodillas portando una vela tras la imagen de la Santa.
Santa Marta lleva la mano derecha alzada en señal de protección hacia aquellos que han conseguido escapar de la muerte, hecho que los fieles compensan aportando diversas ofrendas económicas.
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