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Fiestas extraordinarias y singulares en España: Los Enharinados de Ibi, Alicante.

La fiesta de "Los Enharinados (els Enfarinats)" se celebra cada 28 de diciembre (festividad de los Santos Inocentes) en Ibi (Alicante, Comunidad Valenciana).


Expertos locales encuentran el origen de la fiesta en las Saturnales de la antigua Roma, que invertían los roles sociales y en las que por un día los esclavos daban órdenes a sus amos. Hay una referencia histórica sobre las fiestas de invierno de Ibi de 1636, aunque se desconoce si ya entonces se celebraba Els Enfarinats, sobre la que apenas hay documentación, quizás porque su carácter subversivo no gustaba a las autoridades. Tras desaparecer a finales de la década de 1950, un grupo de amigos recuperó la fiesta en 1981 y en 2009 fueron declaradas de Interés Turístico Autonómico.


Las fiestas empiezan el 27 de diciembre cuando se celebran también los bandos de Els Amantats (Los Amantados), que recorren Ibi cubiertos con mantas en un camión abierto recitando versos satíricos sobre la gente del pueblo, pregonando los bandos y la pronta asunción al poder de Els Enfarinats al día siguiente.



Los Enfarinats (14 vecinos insurgentes) imponen la Justicia Nova, hacen respetar sus nuevas normas y aplican las respectivas sanciones a los que no las cumplan. Los castigos son simples: pagar una multa o ser enharinado y encarcelado. Si durante el mandato de los Enfarinats alguien cruza por sus dominios -la plaza de la iglesia- y no cumple las descabelladas órdenes de estos (como no andar ni por el sol ni por la sombra), pagará muy caro su osadía, pues será acusado de delitos inimaginables, siendo enjuiciado y sentenciado a ser empanado con harina y huevos como castigo y, por si fuera poco, llevado a la cárcel Enfarinat donde le caerán petardos borratxos.




En el ejercicio del poder y como es natural, la autoridad nueva se encontrará con una muy recia oposición. Los miembros de L’Oposició están vestidos con una característica chistera negra con adornos de papel en forma de estrellas. Estos tienen un objetivo, el de hacerse del poder que momentáneamente los Enharinados ostentan y ¿de qué manera?, pues luchando en la Batalla de harina, huevos y cohetes.



El objetivo de la contienda es hacer hacerse con el control del pueblo y la Plaza de la Iglesia es el punto estratégico en el que los protagonistas se despliegan y tiene lugar la batalla decisiva. Este último bastión es testigo de un “salvaje” enfrentamiento, que culmina con la oposición replegada en las escalinatas de la iglesia de la Transfiguración del Señor debido a la aplastante superioridad de los invasores.



Tras esta intensa batalla, la oposición declara su rendición ante los aguerridos «enharinados» y la contienda concluye con el armisticio, por el cual los dos bandos enfrentados se unen para recaudar fondos que se destinarán al asilo de ancianos San Joaquín de Ibi.


Tras este acuerdo de paz, la fiscalía de cuentas realiza una visita de inspección por los comercios e instituciones para ‘multarlos’ por estar desobedeciendo las nuevas leyes. Durante este recorrido los protagonistas portan elementos imprescindibles que simbolizan la ley del embudo: un metro descomunal, un litro inmenso, un kilo que pesa por cinco, un libro de tasas gordísimo o una gran letra de cambio.



Al llegar la noche, la jornada finaliza con la Dansà, un evento en el que se representan los bailes regionales después de pedir permiso a los Enfarinats. En esta cita participan mujeres vestidas con atuendos lujosos, hombres luciendo elegantes capas y els tapats (los tapados), unos personajes peculiares que van disfrazados de forma estrafalaria y cubiertos con capas y máscaras.




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